Todos los países del mundo, salvo los Estados Unidos, han ratificado la Convención de Dere-chos de la Infancia, pero a escala europea existen otras normas e instrumentos internacionales complementarios que pueden utilizarse para amparar los derechos de ese grupo etario, y en particular, para protegerlo frente a la pobreza. Desde esta perspectiva, el presente documento examina la Recomendación de la Comisión Europea “Invertir en la infancia: romper el ciclo de las desventajas” (2013), la Carta de Derechos Fundamentales del Consejo de Europa (2017) y, finalmente, el Pilar Europeo de Derechos Sociales (2017) y la Estrategia 2020 de la Unión Europea. Como resultado de este análisis, el documento detecta un puñado de buenas prácticas y brinda una serie de recomendaciones orientadas a abordar la pobreza infantil con la prioridad y efectividad que ello requiere. Mejorar la recogida y monitorización de los datos sobre pobreza infantil, desagregar las estadísticas por edad, contemplar la pobreza infantil en las estrategias nacionales contra la pobreza, fijar objetivos concretos y ligar la financiación comunitaria al logro de tales objetivos son algunas de las ideas aquí planteadas.