Según este informe, la acción voluntaria en España ha aumentado en los últimos años; la mayoría de las personas que desarrollan algún tipo de acción voluntaria son mujeres de mediana edad sin menores de 14 años a cargo.
Más de dos mil entrevistas a población general sirven de base a este informe anual de la Plataforma del Voluntariado de España y el Observatorio del Voluntariado, que publicó la primera edición de la serie en 2014. El estudio que se reseña en estas líneas es el primero publicado después de la pandemia del covid-19 y se ha llevado a cabo en el contexto de la guerra de Ucrania, cuestiones que han podido influir en los resultados. La encuesta recoge datos sobre la colaboración con ONG (donaciones económicas y en especie, participación como socio/a, voluntariado) y, entre los tipos de colaboración, analiza en profundidad el voluntariado, que ha aumentado un punto y medio desde el último informe.
El informe señala que un 40% de la población colabora de alguna forma con entidades del tercer sector, pero la mayoría lo hace solo económicamente. En cuanto a la población en general, son más mujeres las que colaboran, personas de más de 40 años, la mayoría ocupadas y, además, lo hacen en más de una entidad. Las personas que más colaboran son aquellas que tienes niveles de estudio superiores y se consideran de clase media, media-alta o alta. Entre las personas que colaboran como voluntarias, se repite la mayor presencia de las mujeres. También se observa que, aunque la gente más joven sea la que menos colabora de manera general, en ese grupo etario y en el de 55-64 años la tasa de voluntariado es superior a la media.
Como ocurría en el caso de la colaboración, la mayor parte de las personas que hacen voluntariado están ocupadas, pero en este caso hay una mayor tasa de voluntariado entre las personas retiradas, las pensionistas o las incapacitadas, probablemente debido a su mayor disponibilidad de tiempo. Aquí también se constata la lógica de que a mayor nivel de estudios o estatus social se hace más voluntariado. Por el contrario, un dato diferencial del voluntariado es que las personas que conviven con menores de 14 años realizan voluntariado en menor medida que el resto. Además, cabe señalar que la acción voluntaria se concentra en el ámbito social, aunque cada vez está más presente en el ámbito ambiental.
Resumiendo, el estudio pone de manifiesto que, si bien las personas ocupadas son mayoría entre quienes colaboran o hacen voluntariado en entidades del tercer sector, las personas estudiantes, paradas, pensionistas o incapacitadas, que son las que cuentan con menor poder adquisitivo, participan en las entidades del tercer sector en mayor medida a través del voluntariado que a través de otro tipo de colaboración, como pude ser la económica. Sucede a la inversa con las personas con menores de 14 años a cargo, quienes colaboran de otras formas y no tanto mediante voluntariado. En conclusión, cabe decir que tanto el cuidado de menores como el poder adquisitivo pueden inclinar la balanza del tipo de colaboración, en el primer caso disminuyendo el voluntariado, y en el segundo, aumentándolo.