La Escala de Valoración Sociofamiliar se presentó en 1993 como artículo en la "Revista de Trabajo Social y Salud". Aquella propuesta, todavía no validada, tuvo un eco considerable en los servicios geriátricos españoles, pues los instrumentos anglosajones para evaluar el riesgo social de las personas mayores eran demasiado extensos y no se adaptaban bien al contexto local. Desde su aparición, se han publicado más de dos decenas de estudios en torno a esta escala, incluidas varias versiones, algunas validadas. El último es este documento, elaborado conjuntamente por la Universidad de Alicante y trabajadoras sociales de la comarca de Osona (Barcelona), que se plantea como una versión mejorada y actualizada de la Escala TSO (una de las versiones del instrumento original), en castellano y catalán, y está basado en evidencias empíricas sólidas que garantizan su validez y fiabilidad. La escala está pensada para valorar según sus efectos (y no sus causas) situaciones individuales (no familiares) y estables en cuanto a necesidades sociales, y debe aplicarse de nuevo cuando se produzcan cambios. Consta de cinco dimensiones (situación familiar, situación económica, vivienda, apoyos de la red social y relaciones sociales) y se acompaña de pautas de interpretación.
Palabras clave
Personas mayores, Servicios sociales, Intervención social, Evaluación, Valoración, Situación social, Riesgo, Necesidades, Escalas, Instrumentos técnicos, Entorno familiar, Relaciones sociales, Vivienda, Nivel de ingresos, Fiabilidad, Indicadores, Recomendaciones, Comunitat Valenciana, España