Si bien el servicio de ayuda a domicilio reviste un cariz completamente profesional, ni las labores de cuidado ni el personal profesional implicado cuenta con el debido reconocimiento, al igual que ocurre en otros ámbitos feminizados relacionados con los cuidados.
La creciente taylorización, el incremento de entidades privadas que ofrecen el servicio, la irrupción de las prestaciones económicas destinadas al cuidado de personas dependientes y la focalización en los casos con necesidades más severas han supuesto un cambio notable en la configuración tradicional del servicio de atención domiciliaria.
Probablemente, una de las herramientas más habituales en los servicios de atención domiciliaria es el InterRAI Home Care (IHC), un instrumento estandarizado perteneciente a la familia de escalas de valoración de InterRAI y utilizado en muy diversos países.
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